Sunday, April 1, 2012

PAGINA 3: Episodios de Marzo. (C)


PAGINA 3: Episodios de Marzo. (C)
Adoraba dormir con la ventana abierta, haciendo que la luz de los jardines de su casa penetraran por ella y convirtiera a todas las cosas en objetos y sombras extrañas. Cuando amanecía, la luz del sol llenaba todos los rincones, espantaba a las sombras que se escondían alí y entibiaba el aire resfriado por la noche.
Todavía amanecía temprano, mucho antes de que llegara la hora de levantarse, y Mario todavía estaba dormido. En realidad había muy pocas cosas que podían depertarlo y entre ellas, estaba la música. Quizá fuera por eso que su padre le regaló un despertador que podía conectar con su equipo de sonido, despertándose así, con las estruendosas vibraciones que a Mario le gustaba escuchar.
El reloj marcaba las siete de la mañana y una explosión de ruidos y algunos sonidos llenó la calma hasta haora imperante. Todos los objetos que se encontraban en la habitación temblaron, así como también los pequeños huesesillos del oído interno de Mario, haciendo que en instantes, el sonido recorriera los filamentos nerviosos y martillara su cerebro, haciéndolo despertar con un sobresalto y sentándolo sobre la cama.
Con los pelos parados y lagañas en los ojos, fué directamente al baño y volvió a dormirse sentado en el inodoro.
Le estruendosa música logró despertar a toda su familia. Su padre, un italiano (el texto original dice “gringo”) con todas sus cualidades, empezó a vociferar en contra de su hijo. Su madre, más dormida que mario, lo único que atinó a hacer, fué levantarse para preparar el café. Su hermana, la primer víctima del estruendo ya que su habitación ere  contigua a la de su hermano, se escondió debajo de las mantas; ella tenía la suerte de poder dormir hasta tarde, cosa que mario envidiaba.
Como solía suceder,aún cuando se elvantaba temprano, a mario se le había hecho tarde. Dormido en el baño, solo comenzó a cambiarse cuando su madre entró en la habitación y luego de nos minutos logró despertarlo, metiéndolo en la bañera, debajo de la ducha.
La hermosa relación que existía entre Mario y su madre era inexplicable para el resto de la familia. El había llegado a refugiarse en ella de las bestiales reacciones de su padre y así lo había seguido haciendo durante mucho tiempo, hasta que comenzó a dudar del poder que realmente tenía su protectora y a aprender a defenderse por su cuenta. De todas maneras, la perfecta comunicación entre ellos seguía manteniendo a Mariano, su padre, muy enérgico y hacía que reaccionara cada vez con más vehemencia al ver a Mario demasiado abstraído en charlas y juegos con su madre.
Después de una risoria lucha como solo puede haberla entre madre e hijo, Mario quedó completamente empapado, con su bata pegada al cuerpo y un aspecto de agotameinto tan ridículo que su madre no pudo más que largar una ruidosa carcajada.
Entró su padre. De un solo grito ordenó que se cambiara porque ya se le había hecho demasiado tarde.
- “La entrada del viejo lo arruina siempre todo” - Pensó Mario.

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